CHARLES DARWIN
El hombre no fue
creado por Dios, evolucionó –muy a su pesar- del mono
Hace poco, el mundo
celebró el segundo centenario del nacimiento del célebre científico inglés
Charles Darwin. Pero, nosotros queremos resaltar no tanto su nacimiento sino
algo más trascendental acontecimiento de Darwin: la publicación de su famoso
libro El origen de las especies mediante la selección natural publicado
en 1859 (hace más de 150 años). Esta publicación del famoso científico causó un
gran revuelco en el mundo entero porque en él Darwin sostenía su teoría de que
la existencia de las especies (entre ellas la humana) no se debían a alguna
fuerza divina (Dios) necesariamente sino a que esas especies habían demostrado
ser las más fuertes para adaptarse fácilmente que otras a su entorno. Darwin
planteaba que la selección natural era la causa de la sobrevivencia de las
especies. La naturaleza seleccionaba a las especies más fuertes mientras que a
las más débiles simplemente condenaba a su desaparición. Así actuaba el dios
Naturaleza.
En cuanto a la especie
humana, a partir de la teoría de Darwin, la imagen del hombre creado por Dios,
se vino por los suelos y se construyó la imagen del hombre evolucionando a
partir del mono. No era que según la Biblia el hombre fuera creado
por Dios (y de su costilla, la mujer) a su imagen y semejanza sino el hombre
evolucionó durante millones de años desde que mono luchando por la
sobrevivencia (lucha por la vida) vino a convertirse, muy a su pesar, en
humano.
Esta idea de Darwin
(lucha por la vida y sobrevivencia por selección natural sólo de los que son
capaces de adaptarse) explica lo que son las cosas por naturaleza. Si una
plantita no es capaz de adaptarse a las inclemencias, por ejemplo, del medio
ambiente, simplemente está condenada a desaparecer. Si resultara capaz se
impondrá, crecerá, se desarrollará y hará que otras plantas de su especie se
multipliquen. Si un joven es capaz de conducirse acertada y adecuadamente ante
las “inclemencias” de su medio ambiente, triunfará; si no es capaz, fracasará
inexorablemente. Así es la Ley de la Vida. Eres capaz
(permanentemente) o desapareces (definitivamente). Dos soldados enfrentados, el
incapaz muere, el capaz (en la lucha por la vida), sobrevive (y vive). (Segunda imagen:
blocs.tinet.catblog)
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